Voy a hacer de abogado del diablo. Un hijo de puta mata a una mujer, un caso más de la mal llamada violencia de género. La novedad está en que ambos aparecieron en el programa de televisión «El diario de Patricia», ella sin saber a qué iba exactamente, y él a intentar reconquistarla. Ya saben como termina esta desgraciada historia. Por supuesto la prensa se centra con la peculariedad del caso, y, por ende, buena parte de asociaciones y de la opinión pública pone a parir al programa en cuestión.
La presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, por su parte, ha señalado que exigirá a Antena 3 que pida perdón por su «frivolidad y su falta de responsabilidad» al intentar la reconciliación de una pareja en la que él tenía una orden de alejamiento por malos tratos, informa EFE. Para la presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y divorciadas, la actuación de Antena 3 fue una irresponsabilidad porque, «engañando a la mujer«, facilitó al maltratador el encuentro con su víctima.
Asimismo, Pérez del Campo ha lamentado que los malos tratos se utilicen en televisión como un «espectáculo», porque eso es algo que nunca se hubiera hecho con una víctima del terrorismo. «El programa puso en riesgo la vida de una mujer y lo hizo además bajo engaño» y eso «le ha costado la vida», ha denunciado.
La cita está extraída de El País, que publica un interesante artículo sobre lo acontecido antes del programa. Pero el texto ofrece datos importantes (las negritas son mías):
Ricardo se puso entonces en contacto con el programa a través del teléfono que aparece en pantalla. «Quería pedirla perdón por un problema económico», explicó Ricardo al equipo de Boomerang para justificar su sorpresa a Svetlana. Ni una palabra de la reconciliación y menos de la petición de matrimonio.
Esto puede ser verdad, aunque no me resulta muy creible que los responsables del programa no conociesen finalmente que las intenciones del presunto asesino eran de tipo sentimental; aún así, decir que la víctima fue engañada no me parece acertado porque cualquiera que haya visto el programa sabe a qué se expone, a una sorpresa. Si la mujer estaba realmente preocupada por su seguridad, no es sería extraño que hubiese contemplado la posibilidad de que fuese su ex.
Una semana antes de la emisión, por tanto, El Diario de Patricia tenía ya el ok de los dos protagonistas. Siguiente paso: la productora somete a los invitados a un formulario que, entre otras cosas, pregunta si existen causas pendientes, orden de alejamiento alguna o algún caso de malos tratos. En el caso de Ricardo y Svetlana todas las preguntas dieron signo negativo. Nada extraño alrededor de la relación entonces rota. Más allá incluso, la productora afirma que se puso en contacto, como es habitual, con uno de los familiares de la joven. Tampoco alertó sobre algo que hiciera pensar que no se debía celebrar el encuentro.
Si los afectados no sospechaban de lo que podía suceder ¿lo iban a hacer los responsables del programa?
De hecho, según cuentan antiguos trabajadores de la productora y de este espacio en concreto, si existen indicios de abusos o malos tratos se suspende la sorpresa. Ninguna sospecha en este caso, y menos después de que la joven, antes de asistir a los estudios de Antena 3, sugiriese a miembros del equipo que podría dejar a su hijo en casa de su ex pareja para su cuidado.
Por mucho que «El diario de Patricia» me resulte un tipo de televisión lamentable -telebasura- me niego a creer que conociesen los problemas de malos tratos o abusos y, pese a eso, siguiesen adelante con el programa.
No obstante, la orden de alejamiento aún no estaba en vigor cuando acudieron al programa. La sentencia no era firme ya que no se le había notificado al agresor, a quien buscaba la policía para hacerlo.
Si la sentencia no era firme, si el propio condenado no la conocía, ¿cómo iba a saberla el programa? Muchos dicen (vean los comentarios al artículo de El País) que el programa debería haber investigado la situación de la ex-pareja, lo cual me parece una imbecilidad tremenda. ¿Desde cuando la TV tiene que hacer el trabajo de la policia o de la justicia? ¿no se consideraría entonces una intromisión en la vida privada de los invitados? ¿Deben investigarse sistematicamente a todos los invitados y participantes de los programas de televisión por aquello del «nunca se sabe»? ¿vamos a vivir en un estado de permanente sospecha?
Una cosa es que nos caguemos en la telebasura (esa que al final todos vemos) y otra muy distinta, y muy grave es que se le atribuya responsabilidad en un crimen.
En la misma línea va la consabida demonización de internet y de los peligros que alberga para los niños, por ejemplo en Google Noticias vemos:
El Foro de la ONU aborda el reto de proteger a los niños de internet
AFP – 15 Nov 2007
RIO DE JANEIRO (AFP) — La protección y la sensibilización de niños y adolescentes ante los peligros de la navegación en internet, que los expone a posibles …
Y mejor no entramos a valorar a Antena 3 que cada vez que habla de internet es para advertirnos de lo peligrosa que es. Pero ya se sabe es más fácil culpar al mensajero, al medio, en lugar de los verdaderos responsables. La culpa no es de los padres por no educar a sus hijos, por no controlar los sitios a los que acceden o por no navegar con ellos, no, no, no… la culpa es de internet y de la tele.
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